26/3/11

PRESENTACIÓN

El Programa de Naciones Unidas para el Ambiente (PNUMA) calcula que cada año el mundo  produce 50 millones de toneladas de basura electrónica. Dado que este volumen aumenta entre 3% y 5% cada año (más rápido que otras categorías de basura) en todo el planeta, se calcula que el volumen total de basura electrónica se duplicará muy pronto. La velocidad del cambio tecnológico, la obsolescencia de los productos y la caída de los precios llevan a los/as consumidores/as a deshacerse cada vez más rápido de la tecnología antigua. Y, día a día, son cada vez más las personas que se vuelven consumidoras de productos electrónicos por primera vez – sobre todo en los países en desarrollo y las economías en transición. 

Vincular las TIC a la sustentabilidad ambiental
La basura electrónica está en el vértice del cruce de relaciones entre las TIC y la sustentabilidad ambiental, y será el centro de interés de la iniciativa Tecnologías de la Información para la Sustentabilidad Ambiental (ITES, por su sigla en inglés), que será próximamente promovida por APC. Este nuevo emprendimiento, que debería empezar en 2007, apunta a cerrar la brecha entre la sustentabilidad ambiental y la sociedad de la información. “Si bien manipular equipos peligrosos constituye obviamente un desafío para el ambiente, las TIC e internet tienen un gran potencial para mejorar las condiciones ambientales”, declaró Pavel Antonov, periodista ambiental que lanzó la iniciativa de ITES. 

“Todas las comunidades de tecnologías de la información del planeta pueden influir sobre las decisiones y proteger el ambiente”, agregó el coordinador del proyecto, residente en Budapest. La idea es combinar activismo y campañas ambientales tradicionales con actividades en línea a fin de detener el problema de la basura electrónica.

Nunca es suficiente lo que se insista en la importancia de concientizar sobre el tema mediante campañas y actividades de presión. El conocimiento que tengan los/as consumidores/as sobre la basura electrónica puede influir en lo que compran, cómo se deshacen de la tecnología vieja y si presionan a sus gobiernos para que el tema se tome en serio. 

En última instancia, la reutilización, el reciclado y la reconstrucción han constituido falsas soluciones, ya que no resuelven el problema del creciente volumen de basura electrónica. Por lo tanto, es fundamental ejercer presión, tanto a nivel nacional como internacional, para lograr que las TIC sean más ecológicas. La nueva directiva de RoHS [Restricción de ciertas sustancias peligrosas en aparatos eléctricos y electrónicos, por su sigla en inglés] de la Unión Europea, que prohíbe el ingreso al mercado de los nuevos equipos eléctricos y electrónicos que contengan niveles de sustancias peligrosas más altos del límite establecido, apunta a solucionar el problema de la basura electrónica desde sus orígenes.

"Texto tomado de: (http://www.apc.org/es/news/basura-electronica-impactos-desafios-y-el-papel-de)"

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